La interpretación de personalidades históricas está siempre sujeta a una perspectiva cercana al espíritu de la época. En cada siglo, los hechos históricos se revalorizan y se reconectan.
La vida y la obra de Enrique II (*973 – † 1024) son retomadas y comentadas por publicaciones especializadas de primer orden. Debido a la complejidad de las fuentes de la Edad Media, no debe hacerse ninguna interpretación adicional en este momento. Sólo se darán algunas fechas clave para esbozar la obra de Enrique II.
Enrique II nació en la dinastía otomana el 6 de mayo de 973. Tras su coronación como rey franco oriental en julio de 1002, el Papa Benedicto VIII ungió a Enrique II como rey. Enrique II como emperador del Sacro Imperio Romano de la Nación Alemana el 14 de febrero de 1014. Con la muerte de Enrique II, el 13 de julio de 1024, el periodo otomano en el trono del Sacro Imperio Romano Germánico llegó a su fin.
El reinado de Enrique II va acompañado de varios conflictos armados. Enrique II consolida y estabiliza su imperio estrechando lazos con la Iglesia católica y hace la guerra al príncipe polaco Boleslaw I Chrobry.
En un viaje a Magdeburgo, Enrique II cae gravemente enfermo y muere en Grona, cerca de Gotinga, en 1024; su tumba está en la catedral de Bamberg. Enrique II es canonizado en 1146. La Baja Edad Media acentuó su compromiso con la difusión y consolidación del cristianismo en el contexto de la canonización. Desde el punto de vista político, Enrique II se esforzó por „restaurar el Imperio Romano“, y en 1007 fundó el obispado de Bamberg. Su compromiso con la difusión del cristianismo y su cercanía a la Iglesia Católica Romana pueden citarse como factores del éxito de su reinado. El imperio de Enrique II abarcaba partes significativas de la actual Alemania, Francia, Austria, los Países Bajos y Bélgica, Italia, así como partes de Croacia, y puede entenderse como un estado europeo, sobre todo teniendo en cuenta las sencillas posibilidades de comunicación de la Edad Media.